Silverstein y Thursday cerraron en Montreal la primera etapa norteamericana de su gira “25 Years of Noise”, ofreciendo un espectáculo lleno de energía y emoción.
Fotos: Alejandro Vázquez
Montreal es una ciudad que respira música, y cuando el post-hardcore se apodera de L’Olympia, sabes que será una velada para la historia. La gira de aniversario de Silverstein, celebrando sus 25 años de trayectoria, concluyó su recorrido por Norteamérica antes de embarcarse en su tour por Europa. Junto a Thursday, trajeron consigo a Arm’s Length y Split Chain, formando un cartel que prometía energía sin tregua.
Split Chain: La chispa inicial
Split Chain abrieron la noche con una descarga de agresividad y precisión. Su sonido, una mezcla de hardcore melódico con toques de metal, fue recibido con entusiasmo por los primeros asistentes. A pesar de ser los teloneros, lograron calentar el ambiente con breakdowns contundentes y una ejecución impecable. Una banda a seguir en la escena emergente.
Arm’s Length: Emo y catarsis colectiva
Desde Ontario, Arm’s Length subió al escenario con su emotividad característica. Su sonido, una fusión de emo y post-hardcore, resonó fuerte en la sala. Con temas como Object Permanence y Formative Age, lograron conectar con el público, convirtiendo cada estribillo en un himno cantado a todo pulmón. Su actuación equilibró melancolía y potencia, creando uno de los momentos más íntimos de la noche.
Thursday: Nostalgia y furia en equilibrio
Cuando Thursday tomó el escenario, la atmósfera se transformó. La banda, pionera del post-hardcore de los 2000, demostró que el tiempo no ha mermado su intensidad. Desde los primeros acordes de Understanding in a Car Crash, el público estalló en un mar de gritos y movimiento incesante. Geoff Rickly, con su característica entrega emocional, mantuvo a la audiencia hipnotizada, mientras la banda ofrecía un setlist cargado de clásicos como Cross Out the Eyes y War All the Time. Fue un show que osciló entre la nostalgia y la catarsis, recordándonos por qué Thursday sigue siendo una referencia obligada del género.
Silverstein: Un asalto sónico de principio a fin
El cierre de la noche quedó en manos de Silverstein, quienes llegaron con un show milimétricamente calculado para volarnos la cabeza. Shane Told comandó la tormenta con su rango vocal impecable, alternando entre gritos devastadores y melodías emotivas con una facilidad asombrosa. Desde Smile in Your Sleep hasta My Heroine, la banda hizo un recorrido por su extensa discografía, sin olvidar los cortes más recientes de Misery Made Me, que encajaron a la perfección en su arsenal de himnos. El mosh pit nunca se detuvo y la energía en la sala fue pura euforia.
El tándem Thursday-Silverstein no solo fue una clase magistral de post-hardcore, sino un recordatorio del poder atemporal de la música en vivo. Montreal fue testigo de una noche donde la nostalgia y la emoción se fusionaron en un espectáculo inolvidable.
A continuación te dejamos la galería del concierto: