División Minúscula celebró nostálgicamente 25 años en el Palacio de los Deportes

División Minúscula cerró el año con una presentación inolvidable en el Palacio de los Deportes de Ciudad de México, dejándonos con ganas de más y esperando con ansias de lo nuevo que vendrá en 2023.

Por: Malú Gallegos

Los motivos de celebración en todos los aspectos traen consigo grandes noticias y por supuesto sorpresas, así es como la banda mexicana División Minúscula llegó al Palacio de los Deportes para celebrar sus primeros 25 años de trayectoria musical. Una carrera que inició en Matamoros, Tamaulipas en 1996 como una idea adolescente que se convirtió en los primeros veinticinco años de ofrecer grandes éxitos musicales a todos sus seguidores y compartir historias, anécdotas y vivencias personales por medio de la música que han realizado a lo largo de 5 álbumes.

La noche comenzó con Beta y Delux, que retratan lo nuevo y la experiencia de la escena rock actual en México, dándonos una prueba de lo que sería una noche llena de mucho poder. Entre riffs de guitarra, personas coreando las canciones, los ritmos de la batería y todo lo que una presentación en vivo implica para poder entrar de lleno al festejo de la banda a la que venimos a celebrar: División Minúscula.

Cuando las luces de un recinto se apagan para dar inicio a un concierto, resulta ser algo mágico y emocionante entre el público y el artista. En el concierto de División Minúscula en el Palacio de los Deportes, al apagar las luces inició un recorrido lleno de nostalgia con un video que a más de uno nos puso la piel ‘chinita’.

Ver a Javier Blake, Kiko Blake, Ricci Pérez, y Luque de hace 25 años, en esas memorias que nos dejaron revivir fue un momento muy emotivo para los fans. No voy a negar que me trasladaron a la época de preparatoria donde sentíamos “la libertad como algo triste y solitario…” (Ok, quizá ahora también pero ya lo tomamos con más filosofía).

El recorrido musical inició con “Humanos como tú”, pasando por diferentes éxitos que nos dieron a lo largo del concierto y que resultaron la dosis perfecta para recordar, cantar, gritar y hasta llorar con las interpretaciones de Javier Blake y compañía. Después de una mezcla de temas de sus discos más recientes, nos regalaron un increíble popurrí de su primer disco “Extrañando Casa” que contó con la participación de Mariana Priego, vocalista de Elli Noise, como en aquel 2001 donde “Betty Boop” sonaba en nuestro iPod.

Cuando Javier tomaba la palabra, no era más que para simplemente agradecer que siguiéramos aquí, después de tanto tiempo, coreando cada canción que sonaba. La participación de Erik Canales de Allison tocando “Cursi”, una de las canciones más icónicas de División, cimbró el palacio de los deportes pero no cabe duda que “Sognare” fue una de las canciones más coreadas, una canción que, en su momento, fue un salto de fe para hacer algo diferente.

No faltaron canciones como “Diamantina”, “Cada martes”, “Frenesí”, “Sismo”, “Las Luces de esta Ciudad”, “Me tomé una pastilla”, así como los nuevos sencillos “Laberintos”, “La Última Llamada”, y “Escombros”, aunque, a gusto personal, me hizo falta “Televidente”. Es imposible resumir 25 años de carrera en dos horas de concierto; sin embargo, División Minúscula cerró el año como nunca dejándonos con ganas de más y esperando con ansias lo nuevo que vendrá en 2023.